Esto es para tomarselo a pecho


El próximo 19 de octubre, la sociedad internacional rendirá homenaje a todas aquellas mujeres que en todo el mundo sufren una de las más horripilantes y malvadas enfermedades «El Cáncer de Mama».

Cada vez son más las personas que conocemos que nos cuentan que tienen cáncer, o que un familiar, o un amigo muy  allegado lo padece.

Podemos llegar a decir, que el cáncer es la peste del siglo XXI.

Recuerdo hace unos años, cuando se descubría el SIDA, y personajes tan importantes como Hudson o Mercury morían de esta terrible enfermedad.

El SIDA en sí con una buena prevención y sin comportamiento de riesgo es una enfermedad que no se adquiere tan fácilmente, no ocurre lo mismo con el cáncer. Pues puedes ser la persona mejor alimentada del mundo, la más sana, y tener esta maldita enfermedad, o ser el que más excesos haya cometido y no desarrollarla en la vida, y es que así de caprichoso es este bicho que quita el sueño a muchísimas familias.

La semana pasada, en el gimnasio, crearon una campaña de concienciación del cáncer de mama, incluso han creado un concurso para decorar sostenes, concentraciones y otros menesteres para concienciar a las mujeres de la importancia de revisarse los pechos, de llevar una vida sana y de hacer ejercicio.

Hace unos meses, una semana antes de que operaran a mi madre, tuve que ir a una conferencia que impartió la Jefa de Cirugía Mamaria del Hospital Puerta del Mar en el Centro Integral de la Mujer del Ayuntamiento de Cádiz, y he de reconoceros que me produjo un especial escozor, oir hablar de la enfermedad que había hecho tanto daño a mi madre, no podía quitarmela de la cabeza durante la exposición de la doctora, que además de ser una gran profesional demostró una gran calidad humana.

No vamos a negar, que las heridas cuando están abiertas, están sensibles, y duelen cuando se las roza aunque sea de una forma suave.

Hace más de 10 años que mi madre lucha contra esta maldita y horrible enfermedad, hace 10 años que nos cambió la vida, hace 10 años que se nos exigió vivir al día, y tuvimos que prepararnos para vivir el momento, el instante, y olvidar los planes de futuro.

Desde junio de 2001 el tiempo lo medíamos en periodos, que coincidían con las pruebas de revisión de la enfermedad de mi madre. Desde ese momento pasé por una fase de negación y rabia, a otra más tranquila de aceptación, que se iba estableciendo a medida que los resultados de las pruebas nos permitían volver a tener ilusión. Casi siete años de tregua, hasta que de nuevo el mal se reactivó, fue cuando mi hija Blanca tenía dos meses y otra vez saltaron las alarmas, los miedos, la desilusión y las noches sin dormir, que fueron más llevaderas gracias a este blog, y tras la sacudida vino de nuevo la estabilidad, pero esta vez más corta, ya que en esta semana santa, volvíamos a saber que el equipo enemigo había avanzado y de que forma, la vida de mi madre estaba en serio peligro y casi no se nos planteaban soluciones para seguir adelante con esperanza.

Un milagro se obró, y ya han pasado cinco meses desde aquella complicada operación que le salvó la vida a costa de minorarle su calidad de vida como dirían los de la eutanasia.

Recuerdo ese viernes que el médico nos mandó a llamar para decirnos que las cosas estaban francamente mal, recuerdo a toda la familia despidiendose de ella, al sacerdote y a como me dictaba balbuceando sus últimas voluntades desde la UCI, fue duro para nosotros, pero para ella seguro que lo fue más, notar como la vida se te escapa entre las manos, sin poder retenerla. Pero allí arriba comprendieron que aún hacía falta aquí, y le dieron una prórroga. Un tiempo extra de partido que no se bien cuánto durará pero que yo me he planteado disfrutar como si fuera una eternidad.

Tener una persona como mi madre al lado, verla ser fuerte en su sufrimiento, verla sobreponerse a su débil cuerpo con la ayuda de la Fé es la experiencia más aleccionadora que he vivido jamás. Por eso en un día como hoy, en un día en el que se pretende concienciar a esta sociedad del sufrimiento de tantas mujeres anónimas, como mi madre, no podía dejar pasar la oportunidad de rendirle a ella y a todas las que luchan o lucharon contra este horrible mal, este modesto homenaje que sale directo del corazón al teclado.

Es horrible pensar que ese órgano que sirvió para alimentarte cuando esa mujer te dio la vida, se convierte ahora en una mina explosiva , una espada de Damocles que te puede llevar hacia la muerte, pero por desgracia esa es la cruel realidad.

Pero gracias a Dios, la ciencia ha evolucionado, y hoy día con un diagnóstico precoz, se puede conseguir superar la enfermedad en un alto porcentaje, y eso nos lleva a todos a pensar con esperanza, como este video que han hecho con todo el cariño los miembros de la Unidad de Mama del Hospital Puerta del Mar.

Color esperanza, mañana ponte algo rosa, en recuerdo de todas aquellas mujeres que ya no están pero que murieron con las botas puestas luchando contra la enfermedad, por todas aquellas como mi madre que están luchando ahora, y por tí y por mí que no estamos exentos de desarrollarla.

Contra el cáncer jugamos todos y aportamos todos, ayudemos a la esperanza de los que aún pueden luchar con la fuerza de lo que nos enseñaron los que ya no están.

Publicado por anaroski

Social Media Manager, casada, madre de tres hijas. Amante de las nuevas tecnologías, soy blogger católica.

2 comentarios sobre “Esto es para tomarselo a pecho

  1. Hola Paloma:

    La Tía María era la hermana mayor del Abuelo Quiqui, (Gerardo), también estaban la tía Amelia, la tía Blanca, mi hija pequeña se llama así por ella, el tío Juan, y el tío Lorenzo. También conocí a Yaya, y al que más conozco es a Evaristo, así que si hay muchas posibilidades que seamos familia. Un beso fuerte ha sido una alegría que llegues por aquí.

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  2. Hola, no se quién eres, pero presiento que somos familia. Mi abuela era María Ros y supongo que tu abuelo era tío Gerardo, su hermano, al que recuerdo perfectamente cuando venía a Málaga para visitarla. Me llamo Paloma y me gustaría saber si de verdad somos de la misma familia.

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